
Ni el propio Robert Smith habría imaginado el recibimiento que ha tenido Songs of a Lost World (2024), un álbum que, más allá de cumplir con las expectativas tras el controvertido 4:13 Dream (2008), ha trascendido su ciclo natural, convirtiéndose en un nuevo pilar del universo The Cure. Crítica y público han coincidido: la banda británica ha vuelto a tocar la fibra con un disco profundo, oscuro y emotivo.
Pero esto no termina ahí. A la espera de una gira oficial y, quién sabe, un futuro disco, llega ahora “Mixes of a Lost World”, una reinterpretación en clave electrónica del álbum, con 24 remixes firmados por productores y artistas de muy distintos orígenes. Un proyecto que, según palabras del propio Smith, nació de forma espontánea:
“Justo después de Navidad recibí un par de remezclas no solicitadas… me encantaron. La historia de The Cure siempre ha estado ligada a la música dance, y quise ver cómo sonaría todo el disco reinterpretado por otras mentes creativas”.
Además, todos los beneficios de esta colección se destinan a War Child, lo que convierte el lanzamiento en un acto de compromiso social además de musical.
No es Mixed Up, pero tampoco lo pretende
Lejos de repetir el patrón de Mixed Up (1990), Mixes of a Lost World se aproxima más a aquel Hypnagogic States EP (2008), aunque esta vez parte de un material mucho más sólido. Si aquellas canciones originales eran difíciles de defender incluso sin remezclas, aquí el reto está en reinterpretar obras ya casi sagradas por su carga emocional.
Y eso se nota. En este álbum triple, hay remixes que se alejan tanto de la esencia original que parecen de otro mundo. Algunos fans podrán sentirse desconectados con versiones como la de Shanti Celeste para “Alone” o el Meera Remix de “All I Ever Am”, completamente irreconocible. También chirrían propuestas como las de Sally C o Gregor Tresher, que fuerzan el tempo o el estilo sin lograr conexión emocional con el material original.
Pero cuando funciona… emociona
Sin embargo, hay momentos verdaderamente brillantes. Orbital eleva “Endsong” a otro plano manteniendo sus arpegios y dándole una nueva vida electrónica; Âme juega con el tempo de “A Fragile Thing” de forma casi quirúrgica; Craven Faults transforma “I Can Never Say Goodbye” en un paisaje ambiental que estremece; y figuras como Daniel Avery o Paul Oakenfold firman relecturas sobrias y efectivas.
Lo mejor, sin embargo, llega en la parte final del disco. Una secuencia de remixes que sí logran capturar el alma de Songs of a Lost World. Brilla Chino Moreno (Deftones) envolviendo “Warsong” en oscuridad, y destacan las visiones de Trentemøller, The Twilight Sad, 65daysofstatic y, como colofón, un Mogwai sublime que convierte “Endsong” en un monumento de post-rock desolador. Piel de gallina.
¿Y si fueran solo ocho?
Quizá, si el álbum se hubiera condensado a solo ocho remezclas –una por canción del disco original–, el resultado sería más contundente y equilibrado. Si tuviéramos que quedarnos solo con ocho versiones, siguiendo el orden original del disco, nuestra selección sería:
- “Alone” – Ex-Easter Island Head Remix
- “And Nothing Is Forever” – Trentemøller Remix
- “Endsong” – Mogwai Remix
- “I Can Never Say Goodbye” – Craven Faults Rework
- “A Fragile Thing” – The Twilight Sad Remix
- “All I Ever Am” – 65daysofstatic Remix
- “Drone:Nodrone” – Daniel Avery Remix
- “Warsong” – Chino Moreno Remix
Mixes of a Lost World no es un disco perfecto, pero sí un viaje valiente que expande los límites sonoros de The Cure sin miedo a equivocarse. Y cuando acierta, lo hace con una belleza devastadora.